En la mayoría de los casos es posible amamantar después de una cirugía mamaria. Sin embargo, esto depende del tipo de cirugía que se haya realizado y de cómo haya afectado a los conductos de la leche y a los nervios en la mama.
En el caso de las cirugías de aumento de senos, existe un impacto mínimo en la capacidad de amamantar ya que no se corta la comunicación de los conductos galactóforos al pezón.
Sin embargo, existen algunos factores a considerar:
1. Ubicación del implante: Si el implante se coloca detrás del músculo pectoral en lugar de debajo de la glándula mamaria, es menos probable que afecte la capacidad de amamantar.
2. Tamaño del implante: Los implantes mamarios más grandes pueden ejercer presión sobre los conductos de la leche y dificultar la producción y el flujo de leche materna.
3. Incisión quirúrgica: Dependiendo de la técnica utilizada durante la cirugía, puede haber un mayor riesgo de dañar los conductos de la leche y los nervios en la mama.
Es importante hablar con el cirujano plástico antes de la cirugía para discutir las preocupaciones sobre la lactancia materna y para obtener información específica sobre cómo la cirugía puede afectar la capacidad de amamantar. En algunos casos, el cirujano puede tomar medidas durante la cirugía para preservar los conductos de la leche y los nervios, lo que puede aumentar las posibilidades de amamantar con éxito en el futuro.
También es recomendable buscar el apoyo de un especialista en lactancia materna para obtener orientación y asesoramiento adicional.